24/05/2017
Cuando comencé a trabajar en el mundo de la moda desconocía muchas cosas, por no decir todas, y la verdad es que no controlaba en absoluto qué tipo de trabajos podía realizar una modelo. Como todo el mundo pensaba que había desfiles, sesiones de fotos para revistas o catálogos y anuncios, pero con el tiempo conocí otras facetas de la profesión como es el hecho de convertirte en realmente un “maniquí” siendo la modelo de pruebas o fit model, como se conoce en el argot del mundillo, a la modelo sobre la cual se realizan las pruebas de toda la colección cuando no directamente las piezas a través de la técnica conocida como “moulaje”.
Para mi, que la verdad es que el primer día que fui a realizar este trabajo nadie me explicó anteriormente de qué se trataba o en qué consistía, fue un descubrimiento porque aunque había oído a algunas de mis compañeras despotricar del mismo resulta que a mi me encantó, que eso no significa que no fuese agotador, pero encontré un lugar en el que aprender a observar y con ello a educarme en las distintas técnicas de diseño, patronaje y palabrejas que se utilizan para estos menesteres en las distintas firmas para las que tuve oportunidad de trabajar.
Este mes, en el número de mayo de la revista Vogue España han dedicado un artículo que firma Mónica Parga y en el que aparecen algunas de mis experiencias, pero, que como todo artículo en papel, en el que además hay muchas protagonistas de renombre, es difícil que aparezca al completo todo lo que estuvimos hablando que fue mucho.
Así que aprovecho el blog para contároslo más ampliamente haciendo caso a lo que dije una vez de que el blog me lo había abierto para contar todo aquello que no me dejaban contar por otras vías ;D
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