
Tino Casal: el arte por exceso
16/01/2017¿Quién no ha bailado alguna vez hasta quedar afónico “Eloise”? ¿O ha pedido a golpe de cadera “Champú de huevo”? Solo una muestra de los hits de uno de los iconos de La Movida, Tino Casal, que si durante esa época fue importante a nivel cultural te puedes imaginar a nivel de moda, ¡¡parte imprescindible de su historia!!
Como decía el propio Casal “la frivolidad puede ser un escudo protector del alma” y para ver y saber más sobre este abanderado de la modernidad, tan fácil como seguir leyendo.
Tino Casal nace en Tudela-Veguín en 1950 llegando a ser una de las estrellas del pop español de los 80 tras una larga carrera musical que empezó en 1964, pudiendo haberse convertido en producto de discográfica ya que intentaron convertirlo en el nuevo Nino Bravo, y la verdad, me alegro de que no cuajara el invento.
Fue también artista plástico, productor musical, diseñador gráfico y de moda, estilista, decorador y escenógrafo, siempre creativo y colaborar generoso, muchas veces no acreditado.
Pero si por algo llamó la atención del gran público fue por su imagen personal y la parafernalia que lo rodeaba, aspectos que cultivó tanto sobre la escena como en su vida privada. Tino Casal, creó, desarrolló y vivió con estilo propio. Una identidad, de la que se sirvió como infalible imagen de marca.
En la exposición que se puede ver en el Museo del Traje hasta el próximo 19 de febrero muestra una parte del extenso legado artístico del asturiano, poniendo el énfasis en su vestuario y su sentido de la imagen. Si Bowie se valió de la imaginación de Kansai Yamamoto para desarrollar su personaje, si Madonna adoptó el estilo de Jean-Paul Gaultier como imagen inconfundible, Casal, en un entorno mucho menos favorable, se creó a sí mismo.
Él fue su propio asesor de imagen, su diseñador de cabecera; él mismo desarrolló todo el concepto asociado a la firma Tino Casal.
En un tiempo en el que muchos participaron de la mascarada como una parte inseparable de la cultura de transición, Tino Casal llevó el reto hasta sus últimas consecuencias.
Veinticinco años después de su prematura desaparición, su estética todavía sorprende por su audacia y su personal interpretación de la modernidad.
No dudes en ir a ver esta exposición porque tanto el montaje como las piezas elegidas son dignas de admirar. Y como broche final a este post nada mejor que unas fotos a detalle de los broches de Tino Casal.

Fotógrafo freelance especializado en moda y life style con base en Madrid.
Paula Gonzalez
16/01/2017 at 16:37Muy interesante, pero igual en las fotografías podrías haber comentado de que época era cada prenda, sus viajes a Londres o su inspiración en las primeras colecciones de Vivianne Westwood.
Maite
16/01/2017 at 21:12Tenía un look de lo más personal!