París bien vale una musa SS18
20/10/2017
Pues una vez más, ha acabado el torbellino moda internacional para la temporada del verano 2018 con la fashion week de la capital francesa.
¿Te apetece saber un poco más sobre la parisina?
Resulta que después del lío que supone el circuito que pasa por New York, London, Milano y otras ciudades como Seúl o Madrid, el descanso llega después de la más intensa de todas las fashion weeks citadas, la parisina.
Pero como ya hemos hablado muchas veces de la parisina, esa característica de intensa le va como anillo al dedo, ma chérie.
A veces ni es la más guapa de la fiesta, pero tiene un algo de muy lista que hace que se venda muy bien, y al final todos quieren bailar con ella.
Eso le ha ocurrido a firmas como Lacoste, Proenza Schouler o Rodarte, que han dejado por ejemplo la semana de desfiles de NYC para venir a París.
Y es que es donde más animación hay, si no que se lo digan a las diversas marcas que han tenido cambio de creativos para esta temporada, como Givenchy saliendo Riccardo Tisci y entrando Clare Weight Keller; como Chloé saliendo Clare Weight Keller y entrando Natacha Ramsay-Levi o también la firma Lanvin, saliendo Bouchra Jarrar y entrando Olivier Lapidus.
Vamos, un juego de sillas musicales en toda regla.
Y si la parisina tuviese que elegir armario de todo lo que se ha presentado, siguiendo sus actividades cotidianas y vistos su carácter y su peculiar visión de la femineidad, lo sexy y su propia autoestima, yo creo que se lanzaría a comprar lo siguiente.
Para estar estupenda mientras hace sus cosas. Entre las que caben ir a llevar los niños al cole, recoger un paquete en La Poste, tramitar algún papeleo en la tan sencilla administración francesa, sentarse a tomar un café y divagar un rato o volver de una cita con la esthéticienne.
Para ir al trabajo. El famoso métro-boulot-dodo (metro, trabajo, dormir) no es una rutina que quepa en su vida. Porque por muchas horas que se tire en ello, y sea cual sea su profesión, una parisina se debe a si misma el ser exquisita, y que se note.
Para que no se las den con queso. Y mira que quesos hay para elegir, pero me refiero al clima de la ciudad.
Que por mucho que sea verano, ya sabemos que el verano parisino no existe (son los padres), y que más vale tener a mano un maravilloso abrigazo como por ejemplo alguno de estos.
Para ir un rato de shopping. Que sea de ropa en las boutiques de su barrio o del centro (lo de los grandes almacenes es para turistas, frase sacada de los mandamientos de la buena parisina, que lo sepas), o para ir a por una baguette crujiente, el nuevo libro de moda, un perfume o velas. Más velas.
Para pasar un rato con las amigas. En una terraza viendo (analizando) al resto del mundo pasar, en un brunch de dimanche (cita ineludible para la parisina), degustando algunas patisseries a la hora del té café, o dando un paseo por los mercadillos (el de las puces de Saint Ouen, el de Les Enfants Rouges, etc…).
Para una cita d’amour. Porque sabiendo de sobra cómo convertirse en un arma de seducción masiva, las posibilidades son tantas como personalidades tiene la parisina, pero sin duda sabrá ser lo suficientemente seductora, sobria y chic para que caiga a sus maravillosos zapatos pies cualquier hombre o mujer que ella quiera.
Para una fiesta. En la que por supuesto, la estrella va a querer ser ella. Porque sabe ser sofisticada y tener al mismo tiempo un aire de me he puesto lo primero que he visto, pero que no te engañe, controla perfectamente su imagen tanto como el champagne.
Para darse un capricho. Porque es evidente que de vez en cuando todos nos enamoramos de una prenda y decidimos que será una buena inversión sencillamente porque nos hace falta y no vamos a poder vivir sin ella. Pues eso.
Para morir de amor. Y del bueno, con el homenaje que el diseñador Anthony Vaccarello hizo a la parisina (teniendo como decorado del desfile a la más parisina de todas, la Tour Eiffel) en la colección presentada para la firma Saint Laurent, maison de moda que acaba de inaugurar un museo exclusivo en la ciudad.
Una colección seeeeexy, super chic, con carácter, despreocupada, elegante, sofisticada y de impactante imagen. Tal cual la parisina es, lo dicho.
Moda en estado puro desde París.
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