Pim, Pam, Pum… París.

07/10/2016

By Jose Luis Maseda

Esta semana lo ha vuelto a hacer, llegó fugaz, desató pasiones y se marchó como vino.

La parisina me ha vuelto a dejar, hasta la próxima, como ella misma me dijo con su descaro habitual.

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Con las ganas que tenía de volver a abrazarla y sentirla cerca, y justo antes de quedar mi querida Fashion Week Parisina me llama estresada por todas las novedades que tiene para contarme, porque ha habido muchos cambios en su vida y miedo me da pensar que yo pueda ser uno de ellos.

Que si Anthony Vaccarello retoma Saint Laurent, que si Maria Grazia Chiuri sale de Valentino y entra como primera mujer a la cabeza creativa de Dior, que si Bouchra Jarrar se afianza al mando de Lanvin y que por encima de todo ese estrés, resulta que se tiene que despedir forzosamente de su amiga de tantos años Sonia Rykiel, tristeza máxima.

Pues vaya plan, si tantas otras veces me ha costado comprenderla por lo complejo de su personalidad, esta vez voy a tener que esforzarme mucho más para conseguir que además, esté menos revuelta.

Pero es que lo nuestro es una historia de pasiones, de amor y odio, un amante bandido enamorado de una intensa y bastante dispersa mujer. Pura vida.

Y antes de que se marchase de nuevo, te puedo contar lo que ella misma me dijo de su estado de ánimo, porque para la temporada de la primavera verano del año que viene, la mujer parisina será:

Una princesa rockera. Mano de hierro con guante de seda, dulce y fuerte al mismo tiempo.

Tendrá un punto exhibicionista, para esos días en los que hace de verdad calor.

Algo folclórica, porque carácter tiene un rato.

Amante del color. Con combinaciones ganadoras como la del azul y el camel, pero amante del amarillo, rojo, blanco, y por encima de todos, del verde y del rosa, que usará y del que abusará en todos los tonos.

Seguirá siendo una mujer trabajadora. Y nada mejor y más cómodo que robar el look a los mecánicos, con sus monos en todas las materias o colores, o llevar prendas amplias, muy amplias, extremadamente amplias, para cubrirse, esconderse o perderse dentro y que la dejen tranquila.

Trabaja tanto que lo lleva todo encima. Y para eso, no utilizará bolsitos pequeños, sino de esos que no te dejan llevan en la cabina del avión porque podrías quizás guardar un colegio dentro.

Pero como el bolso no le es suficiente, y es una mujer de recursos, además se creará bolsillos-alforjas, para tenerlo todo mucho más a mano. A ella no le niegan subir algo al avión, faltaría más.

Y el resultado de tanta seguridad en sí misma saltándose las reglas la convierte en una mujer brillante.

Fría como el metal de día, pero cálida de noche cuando reinterpreta el estilo disco una vez más.

Y la parisina seguirá siendo una mujer excéntrica, a la que le gusta utilizar estampados psicodélicos de los pies a la cabeza, porque para divertida, ella.

 

Aunque a veces, sea un poquito mamarracha. Pero bueno, a ver, ¿qué quieres que te explique? Ella hace lo que le da la gana, que por eso nos trae tan locos. Ay, mi amante parisina. Vuelve pronto, ya te echo de menos.

 

 

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