Paris Fashion Week: Close up

21/11/2016

By Pablo Paniagua

Y es que aunque Paris Fashion Week -septiembre 2016- ya tuvo su hueco en este post de street style os puedo asegurar y aseguro que hay material para unos cuantos post más, así que ahora que arrecia el frío, nada mejor como ponerse cómodo y ver una selección de close up de los mejores estilismo de la semana de la moda en Paris. Así que nada de demoras y vayamos al lío que es lo que nos interesa, qué me llevó a disparar la foto.

¿Cómo no sucumbir al encanto de la Petite Malle de Louis Vuitton? Bolso versátil donde los hayas y uno de los iconos de la era Ghesquière.

Y aunque el motivo principal de disparar a esta asistente a la Paris Fashion Week era su trench de cuadros combinado con el vestido de encaje al tono, rápidamente supe que la foto estaba en el mini Kelly de Hermès, porque los hits en pequeños tamaños son grandes hits.

Siempre que pensamos en bolsos de Chanel nos viene a la mente el 2:55 o el Boy, pero aquí tenéis un ejemplo de cómo en las calles de Paris se pueden ver piezas interesantes como este bolso en ante rojo trabajado en el mítico matelassé de la maison con fornituras y vivos en oro, a juego con los míticos bordados de las chaquetas de La Condesa.La maestría de llevar el tema de los estampados a su máxima expresión es lo que me llevó a fotografiar a esta asistente del desfile de Giambattista Valli en la Paris Fashion Week y sobre todo como rompía la hegemonía bicolor con un toque de rojo, que parece ser el color ganador en lo que a accesorios se refiere. Porque parece ser que uno de los clásicos de Gucci también luce muy bien en este color, en contraste con el bambú de las asas y cierre.  Nunca se me habría ocurrido que sería perfecto para acompañar con una chaqueta de estética militar, hit de la temporada y sus correspondientes barroquismos en mangas y costados, esta vez en plata. 

Y aunque uno sea de dorados hay bolsos plata que no dejan indiferentes, como este de Chanel con un tamaño y diseño perfecto para llevar todo lo que necesita una chica bien que se precie un día de la Paris Fashion Week. Aquí un claro ejemplo de que bolso y calzado no tienen que ir engamados para ir perfecta. Yo veo un brillo y me vuelvo loco, por eso aunque fuera bien temprano y estuviera desvirgándome en la primera división del street style ante el brillo de las lentejuelas y broches entre las asistentes del desfile de Loewe en la sede de la ONU en Paris.

El estampado de cuadros, en todos su tamaños, combinaciones y revisiones parece que era el favorito en la Paris Fashion Week, sobre todo en jump suit, americanas y prendas de abrigo. Pero también está presente en bolsos como este de Chanel, del que me llamó la atención su cierre de reminiscencia vintage, porque yo veo algo retro y me vuelvo loco.

Una misma pared, dos mujeres y dos estilos diferentes. El minimalismo tiene todos mis respetos, pero donde se ponga una prenda ricamente bordada que se quite la simplicidad. Ahora mismo no sé decir si me gusta más el primer look más cañero o el lady floral de la segunda chica. Creo que adaptando una frase de Coco Chanel: “Nunca se es lo suficientemente rica, se está lo suficientemente delgada y se tienen suficientes bordados en el armario”. A todo el gremio de bordadores os quiero y valoro, besis.

Y en ese momento que estás fotografiando a una chica y de pronto reparas a otra agazapada en la sombra dando cuenta a tiempo real de lo que está aconteciendo. Aquí las tachuelas piramidales volvieron a ejercer la influencia que antaño habían ejercido sobre mi. Soy un poco urraca, al brillo y al oro.

Uno tiene una edad y al igual que cuando estás en un bar te das cuenta que eres el padre de los allí presentes porque eres el único que bota y canta de cabo a rabo el Locomotion de Kylie Minogue, pasa lo mismo cuando ve aparecer un bolso con smiles, los antecesores de los omnipresentes emoticono de la era actual. 

Uno no está acostumbrado a ver vestidos dignos de alfombra roja a la luz del día, pero esto como otras tantas cosas es posible en la Paris Fashion Week. Aquí un ejemplo de dos asistentes al desfile de Valli, cada una con un vestido diferente pero en un color algo llamativo como es el nazareno. Amiga asiática que lo ve perfecto para combinar con un bolso de Charlotte Olympia frente a la amiga italiana que lo ve perfecto para una sandalia bien rellena de alamares y adornos, porque más es más siempre, y punto.

Y para cerrar nada mejor que las peinas de inspiración vintage que llevaba Lilly J Collins o una muestra de cómo un empalamiento se puede convertir en todo un acierto o darte la foto. Ya os conté que estando cubriendo la entrada al primer desfile de Valentino con Pier Paolo como único responsable de la colección, había carnaza por cada rincón de sus inmediaciones y que cuando estás fotografiando la vorágine te lleva. Tanto que acabe justo a la entrada con una berlina delante mía. Lo que esperas es que la estrella en cuestión se baje por el lado derecho, el más próximo a la entrada. Y yo venga a enfocar y fotografiar a la rubia que bajaba que a primer golpe de vista me parecía algo aburridilla. Hasta que un amable armario empotrado de ébano me pidió paso y tuve tan delante de mí que no pude enfocar a la verdadera protagonista de la berlina. Así es como pude capturar su característico tatuaje, un maravilloso escote que dejaba a la vista sus hombros inmaculados, pero sobre todo, lo más cerca que he estado de captar la sensación que puede tener la it girl a la hora de ser fotografiada a la entrada o salida de algún desfile. Creo que la imagen habla por si sola.

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